domingo, 8 de mayo de 2011

Minicuento - Milagro

Milagro




La mañana del domingo las primeras personas que entraron a la iglesia para escuchar la misa de resurrección observaron que el pecho de la imagen del Crucificado, que desde hacía años reposaba plácidamente en la hornacina, tenía una estaca de guayacán enterrada.

Él, que estaba cebado en el amor de Friné desde el mismo día en se casó y desde su cruz la vio radiante y fresca, jamás imaginó que algún día descubrirían su secreto.

-El marido aún sigue buscando el cuerpo del hombre que encontró anoche en el lecho con su amada y a quien le dio un estacazo, le dijo una vieja a la otra, mientras, contaba con rapidez las pepas del rosario.

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